Le dio su apellido y abusó de ella durante años
La víctima relató varios episodios de “manoseos” en sus genitales . Siempre lo hacía cuando estaban solos. Además la llamaba a su habitación y le ordenaba que se sentara encima de él para friccionarla con su miembro. Dijo que él le hacía estas cosas como si fuera algo natural entre un padre y una hija.
La denunciante expresó que un día escribió en su diario: “Padrastro te odio. Gordo violador”. Su mamá leyó la frase y la llamó para preguntarle si el acusado le había hecho algo, pero ella tuvo mucha pena y no se atrevió a contarle.
Cuando tenía 9 o 10 años la mandaron a comprar y, con ese dinero, ella se tomó un colectivo hasta la casa de su abuela. Para justificarse, les dijo a ella y a su tía que su mamá le había pegado. No era cierto, pero ella buscaba pretextos para no volver a su casa. Incluso, muchas veces, a la salida de la escuela, perdía el colectivo a propósito, para quedarse ahí en la puerta del establecimiento.
Cuando cumplió los 12 años se mudaron a barrio Grand Bourg. Allí los abusos continuaron como si fuera algo normal. Su padrastro le tocaba sus partes íntimas y siempre pretendía besarla en la boca. Ella sentía repugnancia pero no se animaba a contarle a nadie lo que estaba padeciendo.
El imputado (54) fue condenado a seis años de prisión efectiva por abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia.
La jueza Mónica Faber, vocal de la Sala V del Tribunal de Juicio, ordenó el inmediato traslado del sujeto a la Unidad Carcelaria 1 y su inscripción en el Banco de Datos Genéticos.