Los Pumas le dieron una tremenda paliza a la Italia de Quesada
Los Pumas jugaron su primer test match de la ventana de noviembre, segunda parte del calendario que enfrenta en una especie de amistosos oficiales en serio (sin torneos de por medio) a equipos del Sur y Norte. En este comienzo, el equipo venció a la Italia dirigida por Gonzalo Quesada, con una paliza del tamaño del Coliseo, la mayor de la historia, con siete tries, por 50-18 en Udine.
Si bien el seleccionado suele arrancar mal los inicios de ambos períodos, esta vez ocurrió todo lo contrario. Desde el minuto 1 maniató a Italia por su defensa y la llenó de problemas por sus ataques. El vértigo controlado generó avances indescifrables para el local, que en 10’ sufría un penal de Albornoz y el try de Mallía, de contra.
Es que Los Pumas atacan hasta con la defensa, porque en el try de contra del cordobés, la presión provocó la pérdida de la pelota que el fullback levantó para correr hacia el ingoal y apoyar luego de esquivar a Lynagh, wing italiano que es hijo del legendario apertura australiano, Michael Lynagh, campeón del mundo en el 91.
La Selección siguió con el mismo ritmo mientras Italia, que con Quesada juega más la pelota, no sabía cómo hacerlo ante la gran defensa nacional, con Montoya y Mallía como abanderados en la pesca. Así llegó el segundo try, con una jugada que a Los Pumas les va a dar muchas alegrías: Albornoz se la puso en el aire a Isgró (uno de los mejores jugadores en el mundo yendo a buscar arriba con su timing y su 1,85 metro), que al tiempo la bajaba y se la pasaba a Molina, quien rápido se la pasó a Grondona, y por más que lo tacklearon, la bola salió disparada y la levantó Bertranou para apoyar. Albornoz metió un gol complicado para el 17-0 a los 28’.
Hasta ese momento llegó el dominio visitante, porque si bien Los Pumas siguieron con el instinto voraz, el control de pelota ya no era el de antes, por el cansancio, y así Italia pudo emparejar la posesión. Entonces, con la pelota, empezó a atacar con los forwards. En un line maul generó el try penal (le cobraron a González derrumbe ilegal al meterse de costado, y además ligó una amarilla, o sea 10’ afuera), y sobre el final, una infracción de Rubiolo, que no se alejó de la situación de tackle, terminó en la patada para el 10-17 al descanso.
El segundo tiempo no arrancó para sacar conejos porque Italia estaba plantado para la lucha, con su defensa envolvente y forwards con hambre de ir por el empate. A Los Pumas les costó unos minutos prenderse, y el local aprovechó con el segundo penal de Allan. Se acercaba…
Por eso la Selección cambió y aceptó ese mano a mano más luchado, con preponderancia de forwards y tackles, lo cual también les queda. Entonces, cuando tuvieron la oportunidad de patear para alejarse, no dudaron, en cambio, en plantear la pulseada del line/maul, jugada que le había dado el try penal a los italianos, pero ahora les permitía apoyar a los argentinos cuando del ramillete se desprendió el Toro Sclavi. Albornoz, que seguía sin fallar a los palos (4-4), sumó el gol para el 24-13 a los 48’.
Enseguida llegó el golpe de KO para Italia. Porque en su mejor ataque de jugadas y control, con envión y chances de try, gracias a un doble tackle de Molina y Gómez Kodela se recuperó la pelota que Albornoz transformó en contra con una patada a cargar. Al final, le quedó a Delguy, pero la bola fue al piso, y el propio Albornoz apareció para levantarla y llegar al ingoal. Cepillo aportó para el 31-13 con aroma a partido liquidado.
Si bien Italia descontó con otro line/maul (try de Nicotera), ya la inercia y el aroma a que no podía darlo vuelta se percibía en el ambiente. Sobre todo porque Los Pumas no querían sacar el pie del acelerador. De hecho, con la voracidad de los primeros 40’ fueron por más, y lo consiguieron con Alemanno y Delguy para llegar a la goleada histórica, superando el 30-6 del 2002 en Roma. Así se selló la colosal paliza.
El viernes que viene, 15 de noviembre, se viene Irlanda en Dublín. La gira se cierra el 22 en París ante Francia.